Conjunto de regla o principio sobre una materia racionalmente enlazado entre sí; conjunto ordenado de normas o procedimientos que contribuyen a un fin o con que funciona o se hace funcionar una cosa: modelo, norma.
En lingüística, la lengua en su totalidad, así como cada uno de sus niveles (fonológico, léxico, sintáctico, etc.) o unidades (fonema, morfema, sintagma), tales que se definen por el conjunto de relaciones o funciones que entre sí establecen.
En filosofía, conjunto de ideas coordinadas y reducidas a un corto número de principios que abarcan todos los problemas filosóficos.
En física, conjunto de entes materiales que son objeto de estudio. Con esta denominación, uno puede referirse tanto a un gas como al sistema solar o a un simple átomo.
En anatomía, una serie organizada de partes relacionadas e interactivas que tienen un propósito definido. El cuerpo humano puede considerarse como un sistema donde una serie de elementos operan juntos, respondiendo a los cambios en el medio ambiente (homeostasis).
En biomecánica, sistema mecánico elegido para su estudio; el sistema puede ser todo el cuerpo humano, un parte del cuerpo, un proyectil u otro objeto.
En biología, conjunto de órganos o partes orgánicas que concurren a un mismo fin o realizan la misma función. Constituyen una unidad anatómica y funcional dentro del individuo.
En botánica, la coordinación según principios lógicos de los seres naturales a fin de constituir un compendio metódico de la Naturaleza; en este sentido el sistema siempre será artificial, porque es resultado del pensamiento del hombre, que ordena los seres según métodos diversos. Sin embargo, se suele calificar de artificial el sistema que se ha establecido tomando en cuenta un solo carácter o unos pocos caracteres nada más de los seres que se agrupan en él, en nuestro caso de las plantas. Así, el sistema llamado también sexual, de Linné, constituye el protótipo de los sistemas artificiales. En efecto, en él se atiende exclusivamente a los órganos sexuales, sobre todo a su número y distribución en las plantas. Se llaman así estos sistemas en oposición al sistema natural, que sigue otro método para ordenar las plantas basado en las afinidades naturales de las mismas. Como es lógico, no pueden depender dichas afinidades de un solo carácter, ni siquiera de unos pocos, sino de toda la organización de las plantas, de manera que con un tal sistema (que no puede haber más que uno en teoría) se trata de constituir una sinopsis del reino vegetal estructurada de manera que cada planta quede situada junto a la que más se le parece. Existe, finalmente, un tercer tipo de sistema, el sistema filogenético (que ha de ser único también); aceptando la variabilidad de la especie, se trata de establecer a modo de un árbol genealógico del reino vegetal, tomando en consideración no sólo los vegetales hoy vivientes, sino incluso los restos y huellas de todas las clases de los que, habiendo vivido en otras épocas geológicas, faltan por completo en todo el ámbito de la Tierra. En una palabra, el sistema filogenético se funda en la teoría de la evolución. Los sistemas artificiales persiguen siempre un fin práctico, cual es el de facilitar la determinación de las plantas; tienen, por tanto, el carácter de clave de determinación; los llamados sistema natural y sistema filogenético, por el contrario, son sistemas científicos.