Cultivo del café, la semilla del cafeto, y la persona que cultiva el café o cafeto se le denomina caficultor. El cafeto, como cualquier otra especie vegetal, recibe influencias de forma determinante del medioambiente lo que se evidencia en su comportamiento. La planta requiere de unas condiciones ambientales y ecológicas adecuadas para poder manifestar su potencial genético en términos de su desarrollo, crecimiento y fructificación. Los cafetos de la especie Coffea arabica crecen y se desarrollan mejor bajo temperaturas que fluctúan entre los 60 a 75o F, siendo esta última la ideal para el cultivo. El mejor desarrollo y calidad del café se consigue a altitudes entre los 3,000 a 6,000 pies de altura sobre el nivel del mar. La altitud es un factor determinante de la calidad del café teniendo como regla general que el grano producido en la altura es de mayor tamaño y rendimiento, mejor calidad, más cuerpo, aroma y acidez que el de áreas bajas. El cafeto se considera una planta de día corto por lo que necesita de 8 a 13 horas de iluminación para florecer. El arbusto de café crece mejor bajo condiciones de alta humedad relativa (70 a 85%). Si la humedad relativa excede el 85% se afecta la calidad del café y se favorece la incidencia de enfermedades. Los suelos para el establecimiento de cafetales deben ser fértiles, profundos, de buen desagüe, preferiblemente de arcillosos a sueltos y arenosos, ya que estos últimos retienen poca humedad y la pierden más rápidamente. El pH adecuado para el crecimiento del cafeto fluctúa entre 5.5 a 6.5 en la escala. Cuando los suelos son muy ácidos u alcalinos no se observa el desarrollo normal esperado.