Estado de la fuerza, del proceso, etc., en un sistema aislado que produce una anulación aparente entre sí. Se opone a desequilibrio. Se aplica a la estabilidad del cuerpo gobernado desde el cerebelo que ocupa una posición en el espacio sin caerse, especialmente si tiene un base de sustentación muy reducida, es decir, la capacidad de mantener una orientación estable y específica respecto al medio ambiente inmediato; el equilibrio estático es la capacidad para mantener una posición estacionaria; la estabilidad dinámica es la capacidad para mantener el equilibrio en movimiento. El equilibrio se mantiene mediante múltiples reflejos en los que participan los ojos, los conductos semicirculares y otras estructuras del oído, los barorreceptores de la piel (en especial los de la planta del pie) y los propioceptores de los músculos; un buen equilibrio es una característica del éxito en muchos deportes, sobre todo en la gimnasia, que requiere cambio repentino del movimiento. La estabilidad de una persona depende de si está o no en un estado de equilibrio estable, equilibrio neutro o equilibrio inestable. En física, sistema cuyo estado se conserva inalterado en el tiempo. Un punto material está en equilibrio cuando la resultante de las fuerzas que actúan sobre él sea nula. Para que un sólido esté en equilibrio, tiene que anularse, además de la fuerza resultante, el momento de las fuerzas que actúan sobre él. En psicología, la actitud o comportamiento del que da a cada cosa su justa importancia teniendo en cuenta el conjunto de los elementos que le rodean, siguiendo un camino de manera uniforme. Se aplica a la sensatez en el acto y juicio. En economía, la situación teórica en que la oferta de una mercancía a un precio determinado es igual a su demanda a este mismo precio, llamado de equilibrio.