Acción y efecto de impeler; acción y efecto de impulsar. Instigación, sugestión. En física, el producto de la fuerza media aplicada sobre un cuerpo por el intervalo de tiempo durante el cual actúa. En electrónica, el incremento de la tensión o de la corriente, que dura muy poco tiempo. En mecánica, la variación de la cantidad de movimiento, definida por la integral del producto de la fuerza por la diferencial del tiempo, extendida a todo el tiempo durante el cual actúa la fuerza. En biomecánica, en un movimiento humano, el impulso de fuerza es el área situada por debajo de la curva de tiempo-fuerza que representa la cantidad de fuerza aplicada a un hueso en cada momento de la acción. En el caso de la fuerza constante, el impulso es el producto de la fuerza y el tiempo sobre el cual actúa la fuerza (impulso = fuerza x tiempo); en el caso de una fuerza variable, el impulso es la integral de la fuerza respecto al tiempo. En todo caso, el impulso de un objeto es igual al cambio del momento que se produce por él, cuanto más largo sea el tiempo que una fuerza se aplica a un objeto, mayor el cambio del momento del objeto. Se ha desarrollado técnica en prueba de lanzamiento para extender el tiempo que el lanzador aplica fuerza sobre un proyectil y, por tanto, el aumento del cambio de momento (técnica de O`Brien). El movimiento atlético se suele analizar según dos tipos de impulso: impulso controlado y el impulso transmitido. El impulso controlado es producto de un esfuerzo muscular directo y de la palanca articular, como el de la pierna conductora durante el inicio de un esprint. El impulso transmitido se produce cuando, por ejemplo, en un salto de altura el saltador está a punto de despegar. La pierna de despegue se apoya contra el suelo, pero la magnitud y dirección del impulso está determinada por la pierna y los brazos libres, no por la pierna de despegue. En medicina, el estado fisiológico que conlleva sensibilidad a cierto tipo de estimulación que activa el comportamiento. El impulso se distingue del motivo porque inicialmente es indiscriminado y no tiene dirección adecuada. El impulso se puede agrupar en dos categorías principales: impulso primario e innato, como el hambre, el dolor, la sed y el sexo; e impulso secundario, como la recompensa aprendida socialmente que no depende directamente de la necesidad biológica y otra recompensa como el refuerzo verbal y pecuniario. En psicología, el deseo imperioso, de cualidad instintiva, que crea en el sujeto una excitación psíquica o tensión que tiende a descargarse con actividad motora. En psicología del deporte, término que a menudo equivale a activación.