La valoración del estado y función del aparato respiratorio de una persona. La información básica que hay que recoger incluye alergias, infección reciente, inmunizaciones, exposición a irritantes ambientales, enfermedades respiratorias previas e intervenciones quirúrgicas, enfermedades crónicas preexistentes, medicación actual, hábito de fumar e historia familiar. Se pregunta al paciente si tiene tos, jadeo, si la respiración es entrecortada, si se cansa con facilidad o presenta dolor torácico o abdominal, escalofríos, fiebre, sudoración excesiva, mareos o si se le hinchan los pies y las manos. Se anota si existen signos de confusión, ansiedad, agitación, aleteo de las ventanas nasales, cianosis de labios, encías, lóbulos de las orejas o uñas, dedos en palillos de tambor, fiebre, anorexia y tendencia a sentarse en posición erecta. Se observa con detalle la respiración del paciente, con el fin de detectar una pauta de respiración lenta, rápida, irregular, superficial o de Cheyne-Stokes; hiperventilación, y una fase espiratoria prolongada o períodos de apnea, así como retracciones en las áreas supraesternal, supraclavicular, subesternal o intercostal durante la respiración. Se debe registrar la presencia de taquicardia, bradicardia o arritmia sinusal, o posibles indicios de insuficiencia cardíaca congestiva, como crepitaciones, roncus, edema, hepatoesplenomegalia, distensión abdominal o dolor. El tórax se explora en busca de escoliosis, cifosis, tórax en embudo o en barril o altura desigual de los hombros, y se somete a palpación para la detección de posibles indicios de expansión torácica. A la percusión se evalúa la resonancia, hiperresonancia, timpanismo y sonidos apagados. A la auscultación se detectan las crepitaciones, roncus, sibilancias, roces, transmisión de la voz a través de la pared torácica y disminución o ausencia de sonidos respiratorios. Las exploraciones que ayudan al diagnostico son radiografía de tórax, hemograma completo, ECG, pruebas de función pulmonar, broncoscopia, determinación de gases y electrólitos en sangre, estudio del esputo, cultivo de secreciones faríngeas y nasofaríngeas, lavado gástrico, gammagrafía pulmonar y biopsia.