Se aplica al saprófito que, por tener clorofila u otro pigmento análogo, es capaz de sintetizar, por lo menos en parte, los hidratos de carbono que le son precisos para su vida: véase holosaprófito. Se dice también del hongo heterótrofo que, viviendo normalmente como saprófito, puede comportarse como parásito en determinadas circunstancias (J. del C.).