El ejercicio es la acción de poner en movimiento una parte del cuerpo o todo su conjunto con un objetivo determinado: estimular la circulación o la musculatura, mejorar la elasticidad, la coordinación, etc.
El ejercicio aeróbico, es el ejercicio físico que requiere un esfuerzo adicional por parte del corazón y de los pulmones con objeto de hacer frente al exceso de demanda de oxígeno por parte de la musculatura esquelética; este ejercicio generalmente exige una respiración más intensa que la actividad muscular pasiva, y da lugar a una mayor eficiencia cardiopulmonar con un desaprovechamiento mínimo de la energía. El ejercicio aeróbico aumenta la frecuencia respiratoria y a largo plazo incrementa la eficacia cardíaca y pulmonar; el ejercicio aeróbico continuado (20 minutos diarios, tres veces a la semana) es recomendable para mantener un sistema cardiovascular sano.
El ejercicio anaeróbico, es el ejercicio muscular suficiente como para producir una acidosis metabólica por acumulación de ácido láctico como producto del metabolismo muscular. Es un ejercicio de corta duración que obtiene la energía sobre todo de vías metabólicas que no utilizan oxígeno, estas vías producen ácido láctico, que da lugar a acidosis metabólica; el levantamiento de peso o esprintar, son algunos ejemplos del ejercicio anaeróbico.