Una parte básica del cuerpo es el intestino, cuya aparición en la evolución de los metazoos debió ser temprana. Los animales más simples, las esponjas, tienen cavidades internas que intervienen en la alimentación, pero los orificios de apertura no son comparables a una boca o a un ano. Tienen además tejidos, aunque carecen de órganos reales o nervios y de simetría bilateral. La medusa más compleja y sus parientes, animales más activos que generalmente se alimentan utilizando sus tentáculos, tienen un intestino con boca pero sin ano. El sistema nervioso está presente, aunque sin cerebro o cabeza. El cuerpo de la medusa tampoco tiene simetría bilateral, es decir, no hay un lado izquierdo o derecho, como ocurre en el cuerpo de los animales más evolucionados (incluyendo a los seres humanos), a pesar de ello, presentan una simetría radial, o simetría alrededor de un eje central.