Acción y efecto de desafiar. En sentido prístino la carta o recado verbal en que los reyes de Aragón manifestaban la razón o motivo que tenían para desafiar a un ricohombre o caballero. En sentido actual se aplica a la rivalidad; la competencia; la invitación a sumarse en una competición o concurso; la situación exigente o situación estimulante; etc.