Se aplica a la capacidad para mantener una actividad agotadora durante 10 o más minutos. Esta resistencia se relaciona con el reclutamiento de las fibras musculares de contracción lenta y el empleo de la energía que aporta sobre todo el sistema aeróbico. La contribución del sistema aeróbico es mayor a medida que aumenta la duración de la actividad, y la actividad depende cada vez más de los ácidos grasos libres como fuente energética.