Es una forma irreversible de inconsciencia que se caracteriza por la pérdida completa de la función cerebral mientras que el corazón continúa latiendo; su definición legal puede variar en los distintos países. Los criterios clínico habituales de muerte cerebral son la ausencia de actividad refleja, de movimiento y de respiración espontánea, y se necesita ventilación mecánica o medidas de apoyo vital para mantener cualquier función cardíaca; las pupilas están dilatadas y fijas. A causa de distintos factores como la hipotermia, la anestesia, las intoxicaciones o la toxicidad farmacológica pueden ser causa de una profunda depresión de las funciones fisiológicas que semeje una muerte cerebral, estos parámetros debes ser normales antes de la prueba. El diagnóstico de la muerte cerebral exige una evaluación y demostración de ausencia de actividad cerebral en dos electroencefalogramas separados por un intervalo de 12-24 horas.