Los agentes químicos que se utilizan habitualmente por las fuerzas antidisturbios. Son empleados en forma de líquidos o aerosoles y la exposición a ellos tiene lugar por inhalación o por contacto con los ojos o la piel. Inducen incapacidad, irritando la piel y las membranas mucosas y generando dificultad respiratoria; las dosis altas pueden producir ceguera o incluso la muerte. Su tratamiento se basa en retirar la vestimenta afectada por los agentes y en la eliminación de los mismos de la piel y los ojos.