El empleo de elemento que no son hidratos de carbono como fuente de energía durante el ejercicio, con el fin de retrasar la depleción de la reserva de glucógeno muscular. Si la grasa, por ejemplo, contribuye en gran medida a alimentar el esfuerzo de un deportista durante la fase inicial de una carrera, se dispondrá de más glucógeno para la fase posterior en la que se retrasará la fatiga muscular.