Es un proceso patológico provocado por el consumo habitual de alcohol en cantidades excesivas. El síndrome suele deteriorar la salud de la persona que lo padece y su capacidad para actuar con normalidad en sociedad. Los síntomas consisten en anorexia, diarrea, pérdida de peso, trastornos neurológicos y psiquiátricos (principalmente depresión) y degeneración grasa del hígado, que en ocasiones produce cirrosis.