La antigua ciencia surgida en el s. I d. C. en Egipto y practicada en Europa hasta el s. XVI aproximadamente, que se basaba en la experimentación sobre la transformación de la materia y en la especulación filosófica, y se ejercía de manera oculta y secreta; fue la antecesora de la química moderna; tuvo como fin principal la búsqueda de la piedra filosofal y de la panacea universal. La alquimia investigaba la fuerza de la naturaleza y la condición en que actúan; pero encubría simbólicamente su concepto; el oro puro simbolizaba la materia primordial de la que se creía derivado el cuerpo compuesto, incluso el llamado cuerpo simple por el químico moderno. Por lo tanto, el alquimista presintió la unidad de la materia, reconocida hoy día. El Lapis philosophorum o disolvente universal era al propio tiempo el agente de transmutación material y panacea terapéutica con virtud para renovar la juventud y prolongar la vida: el más antiguo tratado de alquimia fue escrito por Zózimo el Panopolita en el s. IV, aproximadamente.