La administración directa de un anestésico local en los tejidos para inducir una ausencia de sensibilidad en una pequeña zona del organismo. La indicaciones más frecuentes para la anestesia local son las técnicas dentales y quirúrgicas breves. El anestésico se puede aplicar tópicamente sobre la superficie de la piel o de la membrana o inyectarse por vía subcutánea mediante una aguja intradérmica. Entre las ventajas figuran un bajo coste, facilidad de administración, baja toxicidad y una rápida recuperación.