Así llamo De Barry, en 1878, al fenómeno en virtud del cual, habiéndose perdido en una planta cualquiera la aptitud de reproducirse sexualmente, este tipo de reproducción queda substituido por otro de multiplicación por vía asexual. Este concepto tan amplio como corresponde a la propia etimología de la palabra «alejamiento de la conyugación», ha ido precisándose hasta el punto que hoy se entiende como, «el hecho de producirse un embrión», es decir, un esporófito, a partir de una célula cualquiera del gametófito distinta de la ovocélula, por ejemplo, de una sinérgida o de una antípoda.