Espacio de tierra comprendido entre cierto límite, o que ocupa un edificio, es decir, zona o superficie acotada, o comprendida dentro de un perímetro, que se distingue de otra u otras, o abarcada por una isoglosa. Se aplica al espacio en el que se produce determinado fenómeno o que se distingue por tener cierta característica o cierto carácter geográfico, botánico, zoológico, económico, etc. En sociología, se aplica al espacio de acción o ámbito en el que se desarrolla una actividad. En metrología, es la unidad de superficie igual a un cuadrado de 10 m de lado. Es el decámetro cuadrado (100 m2) y por eso el m2 se llama también centiárea. La hectárea o hectómetro cuadrado es igual a 100 áreas. En botánica, A. Braun emplea este vocablo (que también significa halo lunar, la orla de la Luna) para designar le estrecha orla que rodea la foseta esporangífera de la base foliar de las Isoëtes. También Tode ha llamado área al receptáculo esporífero de los hongos (F. Q.). Dícese de la parte de la superficie de la valva en las diatomeas pinnadas, que se extiende a lo largo de la rafe (área mediana) y alrededor del módulo central (área central), y que está desprovista de ornamentación. En algunos casos, el área central se dilata transversalmente, a expensas de las estrías en esta región de la valva, y entonces recibe la denominación de área transversa (R. M.). El área de una especie es el conjunto de las estaciones ocupadas por individuos de la misma (Negri, en Gola, N. y Cappelletti, 1. c.). En geometría, se aplica a la superficie comprendida dentro de un perímetro: extensión expresada en una determinada unidad de medida. Es el resultado de medir la superficie de una figura o cuerpo geométrico. En educación, se aplica al conjunto de materia o conocimiento relacionados entre sí y que son propios de una actividad o disciplina. En algún deporte de pelota, se aplica a la parte delimitada del terreno de juego situada delante de la meta, con funciones variables según el deporte.