Es un término genérico que que comprende diversos movimientos, estilos, escuelas, etc., suele englobar el tiempo transcurrido desde fines del siglo XVIII o principios del XIX.

El cuestionamiento sobre los principios artísticos que se inició en las últimas décadas del siglo XIX tuvo una influencia decisiva en la formación del espíritu crítico propio del siglo XX. Esta revolución estética trajo consigo una sucesión de estilos y movimientos, muchos de ellos de corta duración y la mayoría centrados en la búsqueda de nuevas direcciones y principios innovadores; los más destacados fueron, entre otros, el fauvismo, el expresionismo, el cubismo, el futurismo, el constructivismo, el neoplasticismo, el dadaísmo, el surrealismo, el expresionismo abstracto y el Pop Art.

– El origen del Arte Contemporáneo; Las raíces del arte contemporáneo se pueden rastrear en la vanguardia pictórica francesa de finales del siglo XIX. En torno a 1860 los artistas comenzaron a preocuparse por la propia naturaleza material de la pintura. Édouard Manet utilizó manchas de colores planos, contorneadas mediante una pincelada suelta; los impresionistas (especialmente Camille Pissarro, Claude Monet, Auguste Renoir) se interesaron por representar los efectos de luz sobre los objetos, más que por reproducir las texturas auténticas de las cosas. Avanzado el siglo, el postimpresionismo evolucionó hacia un nuevo estilo, decisivo para el entendimiento de la pintura en las primeras décadas del siglo XX: Georges Seurat cambió la soltura de la pincelada impresionista por la precisión científica de los puntos yuxtapuestos de colores complementarios, creando un estilo conocido como puntillismo; Paul Gauguin exageró las formas y empleó el color de manera arbitraria, con un valor decorativo y simbólico, en una dirección calificada a menudo como primitivista; y las distorsiones expresionistas de línea y color en la obra de Vincent van Gogh ejercieron una gran influencia en el noruego Edvard Munch y en los expresionistas alemanes. Los descubrimientos de Paul Cézanne también fueron decisivos, especialmente su sistema de composición a base de planos de color, precursor de los experimentos analíticos de Pablo Picasso y Georges Braque a principios del siglo XX.

– Pintura; El común denominador de todos estos artistas de finales del siglo XIX fue una menor preocupación por el realismo y por la aproximación fiel a la naturaleza, y un mayor interés por las intenciones expresivas. En el cambio de siglo su obra comenzó a ganar aceptación. Mientras tanto, la siguiente generación de pintores empleó incluso mayores distorsiones de línea, color y espacio pictórico. Entre estos artistas franceses (que se inspiraron en los experimentos de Gauguin) estaban Henri Matisse, André Derain, Maurice de Vlaminck, Georges Braque y el pintor holandés Kees van Dongen. El estilo anticonvencional que adoptaron estos artistas causó una tormenta de desaprobaciones que les valió el epíteto de fauves (las fieras). El fauvismo se desarrolló solamente entre 1898 y 1908, pero ejerció una influencia significativa en la evolución del arte contemporáneo.

1. Expresionismo; Los artistas, tanto en Francia como en Alemania, compartieron el interés por el arte de los pueblos primitivos. Ello había motivado las estancias de Gauguin en Bretaña y las islas polinesias de Tahití y Dominica; Vlaminck afirmaba ser uno de los primeros artistas europeos en descubrir la escultura africana. En Alemania, un grupo de jóvenes artistas conocido como Die Brücke (El puente) visitaban regularmente el Museo Etnológico de Dresde y, como los fauvistas, se inspiraron en la energía y la fortaleza del arte indígena. Entre sus miembros destacan Ernst Ludwig Kirchner, Erich Heckel, Karl Schmidt-Rottluff y Emil Nolde. Conocidos también como los expresionistas alemanes, desarrollaron un estilo simplificador, que compartía algunas premisas con el fauvismo pero con los añadidos de la crítica a la burguesía del Angst o miedo existencial. Un segundo grupo de artistas, Der Blaue Reiter (El jinete azul), apareció en Munich en 1911 con los pintores Wassily Kandinsky (un emigrante ruso) y Franz Marc. También inspirados por el arte primitivo, el fauvismo y el arte popular, su expresionismo perdió el contenido figurativo y evolucionó hacia la pintura abstracta.

2. Cubismo; El interés por la escultura primitiva también desempeñó un papel importante en la formación del cubismo. Picasso, en la obra Las señoritas de Avignon (1907, Museo de Arte Moderno, Nueva York), muestra su conocimiento de la antigua escultura africana e ibérica. Picasso y Braque instauraron el cubismo entre 1907 y 1914, uno de los estilos más influyentes del periodo contemporáneo. En el cubismo se enfatiza la superficie plana y bidimensional del lienzo y se propone una forma analítica de perspectiva, basada en la multiplicidad de los puntos de vista, que rechaza los presupuestos de la pintura tradicional tales como los escorzos, la valoración de sombras y el claroscuro. En una primera fase, denominada cubismo analítico, los artistas buscaron el análisis y descomposición de las formas tridimensionales en múltiples elementos geométricos, a partir de la fragmentación en elementos cúbicos y sus proyecciones planas. Para resaltar aún más la naturaleza científica de la representación, se favorece el uso de una gama de color apagada y monocroma. En una segunda fase, denominada cubismo sintético, se desarrollaron experiencias con el collage. Materiales como madera, papeles de periódico, fotografías o plumas se combinaron (síntesis) con pigmentos planos en la composición del cuadro. Aunque las formas permanecen planas y fragmentadas, en el cubismo sintético el color desempaña un papel más importante, las obras son más decorativas y las evocaciones figurativas más explícitas. Otros destacados exponentes del cubismo que aportaron su interpretación personal del movimiento fueron Fernand Léger, Robert Delaunay, Sonia Delaunay, Marcel Duchamp, Juan Gris y Frantisek Kupka. En España, además, está representado por los escultores Pablo Gargallo y Julio González. Los artistas del futurismo italiano, especialmente Gino Severini, Umberto Boccioni, Carlo Carrà y Giacomo Balla, trabajaron en un estilo que se ha denominado cubismo dinámico. Entre otras cosas, se interesaron por la representación del movimiento y la velocidad a través de la repetición rítmica de líneas e imágenes.

3. Arte abstracto; El cubismo también influyó en la aparición del arte no figurativo o arte abstracto. Wassily Kandinsky ya pintó en 1909 obras abstractas que contenían referencias a la naturaleza y a la música. El suizo Paul Klee produjo algunas acuarelas abstractas después de su primer encuentro con el cubismo. Los artistas rusos también conocían el cubismo a través de algunas colecciones privadas de Moscú, pero evolucionaron hacia un arte abstracto construido geométricamente. Kazimir Maliévich pintó un cuadrado negro sobre fondo blanco en 1913, denominando suprematismo a su versión del abstraccionismo, algo que para él expresaba la supremacía de la sensibilidad pura en las artes figurativas. Otros pintores rusos inspirados por el cubismo, conocidos como constructivistas, fueron Alexandr Rodchenko, Liubov Popova, El Lissitsky, Naum Gabo, Antón Pevsner y Vladímir Tatlin.
Simultáneamente a la emergencia del arte abstracto en Rusia, se produjo una evolución paralela en los Países Bajos, donde los artistas de vanguardia querían crear una nueva realidad universal y equilibrada, que abarcase todos los aspectos de la vida contemporánea, desde el urbanismo y el mobiliario hasta la pintura y escultura. Los principios del movimiento holandés denominado neoplasticismo se divulgaron a través de la revista De Stijl (El estilo), encabezada por Theo van Doesburg y Piet Mondrian. Mondrian, que estaba familiarizado con los distintos movimientos de vanguardia, volvió a Holanda en 1917 y publicó en su revista una serie de ensayos que se recogieron en París, en 1920, bajo el título El neoplasticismo: principio general de la equivalencia plástica. El método de composición de Mondrian parte de la utilización de líneas rectas que delimitan rectángulos de colores primarios, repitiendo este tema una y otra vez en distintas configuraciones. Su meta es destacar la bidimensionalidad de la superficie del lienzo con el fin de expresar su ideal basado en la pureza del arte, despojado de lo particular y acorde a las leyes universales del equilibrio.

4. El dadaísmo; El movimiento dadaísta surgió en Suiza durante la I Guerra Mundial (1914-1918). El dadaísmo representó la antítesis del racionalismo de Mondrian y otros teóricos de la abstracción. Un grupo de artistas y escritores disconformes con el sistema de valores burgués eligió una palabra sin sentido, dada, para designar su actividad de protesta y sus obras antiestéticas. Se convirtió en el movimiento de ruptura más radical del arte contemporáneo. Los artistas y escritores más conocidos asociados a Dadá fueron Tristan Tzara y Marcel Duchamp, inventor del ready-made, esto es, la consideración de objetos cotidianos como obras artísticas, generalmente esculturas. El más célebre de éstos fue el famoso urinario titulado Fuente, expuesto en Nueva York en 1917. Otros artistas implicados en el Dadá fueron los franceses Jean Arp y Francis Picabia, el estadounidense Man Ray y los alemanes George Grosz y Max Ernst.

5. El surrealismo; A pesar de que el Dadá había perdido fuerza en torno a 1922, algunos de sus exponentes dirigieron sus energías hacia el emergente surrealismo, en el que, como en el dadaísmo, lo incoherente y lo fortuito se emplearon en el proceso de producción. Las obsesivas y oníricas pinturas de Giorgio de Chirico, conocidas en ocasiones como metafísicas, se anticiparon al surrealismo en varios años. Sin embargo, fue el escritor francés André Breton quien dio nombre al movimiento y escribió su Manifiesto surrealista en 1924, asegurando la superioridad del subconsciente y la importancia de los sueños en la creación artística. Los surrealistas no compartieron criterios estilísticos, adscribiéndose sus miembros a diversas tendencias, desde la figuración a la abstracción. No obstante, tienen en común un ideal de inspiración espontánea e irracional. Los que trabajaron con un estilo figurativo fueron, entre otros, Max Ernst, Salvador Dalí, René Magritte, Paul Delvaux y Man Ray, mientras que a la corriente abstracta pertenecieron Jean Arp, André Masson, Yves Tanguy y Joan Miró.

6. Expresionismo abstracto; Ciertos artistas estadounidenses, que habían sido realistas en la década de 1930, se unieron a un nuevo movimiento aparecido en las décadas siguientes con el nombre de expresionismo abstracto. La presencia de numerosos surrealistas europeos en Estados Unidos durante la II Guerra Mundial fue decisiva en la evolución de este movimiento. Los artistas estadounidenses tomaron de éstos su interés por el subconsciente, el simbolismo y la mitología. Influidos a su vez por la técnica surrealista del automatismo, estos pintores empezaron a producir obras totalmente espontáneas en las que el proceso pictórico por sí mismo se convertía en el tema primordial de la obra. Jackson Pollock, la figura más representativa de esta tendencia, utilizaba la técnica del dripping (goteo de pintura sobre la tela puesta en el suelo), corriendo con sus botes de pintura alrededor del lienzo. Otros artistas que compartieron la aproximación de Pollock fueron Willem de Kooning, Franz Kline, Hans Hofmann y Robert Motherwell. Esta corriente, conocida con el nombre de Action Painting, fue una de las dos grandes tendencias del expresionismo abstracto; la otra, denominada en ocasiones matierismo, fue la pintura a base de campos de color, en la que los artistas representaban vastas superficies monocromas sutilmente moduladas. Entre los seguidores de esta técnica destacaron Mark Rothko, Barnett Newman, Clyfford Still y Morris Louis. El expresionismo abstracto se desarrolló en Europa bajo el término informalismo, y entre sus artistas más destacados se encuentran el francés Jean Dubuffet y los españoles Antoni Tàpies y Manuel Millares, entre otros.

7. Pop Art y otros movimientos; Establecido el expresionismo abstracto como estilo dominante, algunos artistas estadounidenses comenzaron a rebelarse contra su carácter rígido y teórico. De esta rebelión nació el denominado Pop Art. Los artistas pop adoptaron imágenes de los anuncios publicitarios de los medios de comunicación de masas, de las bandas de cómic, películas, objetos cotidianos y de la cultura popular. A pesar de que se considera un movimiento genuinamente estadounidense, tuvo su origen en Londres, en una exposición de Richard Hamilton y otros artistas. Un precedente del Pop Art se ha hallado en la obra dadaísta de Marcel Duchamp, concretamente en sus ready-made. Los artistas más sobresalientes del Pop Art estadounidense fueron Andy Warhol, Jasper Johns, Robert Rauschenberg, Roy Lichtenstein, Tom Wesselmann y James Rosenquist.
La influencia del Pop Art puede detectarse en el hiperrealismo, que surge a finales de la década de 1960 con una temática basada en los anuncios de neón, cafeterías y lugares públicos urbanos y suburbanos. Estas obras se realizaban meticulosamente con ayuda de la técnica fotográfica, y de ahí su nombre inglés de photorealism. Richard Estes, Robert Cottingham y Chuck Close fueron sus representantes más destacados.
La pintura abstracta continuó su evolución tanto en Estados Unidos como en Europa. El Op Art (término acuñado por oposición al Pop Art) retomó el camino de las vanguardias racionalistas (De Stijl, constructivismo) y dominó en el terreno de la abstracción a lo largo de las décadas de 1960 y 1970. En el Op Art se emplearon diseños geométricos en blanco y negro o colores brillantes contrastados para crear ilusiones ópticas, con la posibilidad de que el espectador modifique la percepción de la obra con su propio movimiento. Otra tendencia abstraccionista fue el minimalismo, aparecido a partir de las austeras composiciones de Josef Albers. En este movimiento, que ganó popularidad a partir de 1965, las formas se reducían a las geometrías más sencillas (cubos, pirámides y prismas) que se utilizaron repetitivamente, desde una interpretación extrema del principio de economía expresiva. El minimalismo osciló entre las vigorosas formas de Kenneth Noland o Larry Poons a los lienzos casi monocromos de Robert Ryman.
En la década de 1970, aparecieron otras tendencias basadas en la ruptura con los soportes tradicionales, especialmente los cuadros de taller y las esculturas. El arte rompe así sus limitaciones convencionales y se manifiesta en la naturaleza, la ciudad, el cuerpo humano, el mundo cotidianos. El arte conceptual, por su parte, engloba múltiples realizaciones que tienen en común la supremacía de la idea del artista sobre la obra acabada.

8. Neoexpresionismo y tendencias neofigurativas; A principios de la década de 1980 se desató una reacción contra la impersonalidad del minimalismo y otros estilos abstractos, que provocó un renacimiento de la pintura figurativa denominado neoexpresionismo. Evocador y provocativo, el neoexpresionismo empleaba con frecuencia formas distorsionadas y coloridos intensos, inspirados en los expresionistas alemanes de 70 años antes. Entre los pintores asociados a este movimiento destacan los alemanes Anselm Kiefer, Georg Baselitz y A. R. Penck, los italianos Sandro Chia y Enzo Cucchi, y los estadounidenses Julian Schnabel y David Salle.
Con anterioridad a que el neoexpresionismo devolviera el interés por la pintura figurativa, cierto número de artistas independientes habían destacado por sus representaciones figurativas. Los personajes atormentados y marginados de Francis Bacon, los hábiles retratos urbanos y las escenas frívolas de David Hockney o el realismo tradicionalista de Lucian Freud son muestras de la fuerza de esta corriente en el arte del último cuarto del siglo XX. En este sentido, también cabe destacar la labor del español Antonio López, un hiperrealista con tintes surrealistas que ha alcanzado una gran proyección internacional gracias a sus vistas de Madrid.

– Escultura; Del mismo modo que los pintores, los escultores de principios del siglo XX estuvieron influidos por el arte primitivo, como se refleja en las primeras obras de Constantin Brancusi y Henry Moore. Brancusi simplificó las formas hasta el límite en El recién nacido (1915, Colección Arensberg, Museo de Arte de Filadelfia), que forma parte de una serie de obras basadas en formas ovoides, cuyas curvas evocan los ritmos del cuerpo humano sólo rotos por los bordes afilados y el extremo cortado. Brancusi combinó la sutileza expresiva con una habilidad inigualable para descubrir la belleza intrínseca de los materiales, ya fueran madera, piedra o metal. El británico Moore también explotó la textura de los materiales, creando obras curvilíneas de gran elegancia y monumentalidad. Inspirándose en la escultura prehispánica, adoptó como tema recurrente la figura femenina reclinada (arte y arquitectura precolombinas).

1. Principales Escultores del siglo XX; Algunos escultores de las primeras décadas del siglo XX compartieron los postulados del cubismo y otras vanguardias. Entre ellos destacaron Alexander Archipenko, Raymond Duchamp-Villon y Jacques Lipchitz, debido sobre todo a sus representaciones de la figura humana por medio de los planos geométricos. El español Julio González destacó por sus estructuras de hierro soldado, delgadas construcciones de varillas y barras de hierro conectadas por arcos de metal que definen la forma como espacio vacío. En 1930, González ayudó a Picasso a construir esculturas soldadas, por lo que se ha señalado una influencia de Picasso, que también realizó interesantes esculturas, sobre la obra de su amigo. En la misma línea expresiva cabe destacar al escultor Pablo Gargallo. En Rusia, los constructivistas edificaron sobre el espacio vacío, en lugar de tallar la masa escultórica. Los principales artistas fueron Vladimir Tatlin, famoso por su propuesta de Monumento a la III Internacional (1919, maqueta, Museos Estatales Rusos, San Petersburgo), Alexander Rodchenko y El Lissitzky, quien divulgó las teorías constructivistas por Europa occidental en la década de 1920. Las obras de los hermanos Naum Gabo y Antón Pevsner ejercieron una gran influencia en el arte abstracto estadounidense, así como las del artista húngaro László Moholy-Nagy.
El dadaísta Marcel Duchamp hizo su primera escultura móvil en 1913, al montar una rueda de bicicleta sobre un taburete, pero el nombre de móviles se aplicaría más tarde a las esculturas articuladas de Alexander Calder. Menospreciando las formas y técnicas escultóricas tradicionales, Duchamp comenzó, en la segunda década del siglo XX, a recoger objetos cotidianos para sus ready-mades, como portabotellas, palas de nieve o una percha para colgar abrigos. Por la misma fecha, otros escultores como Picasso, Ernst y Man Ray también empezaron a incorporar objetos de deshecho a sus obras, que adoptarían aspectos extraños y surreales, como se observa en Regalo (1921), de Man Ray (una plancha con una hilera de uñas saliendo de su base). Sin embargo, no todos los escultores surrealistas usaron objetos cotidianos; Arp creó abstractas fantasías orgánicas que simbolizaban la vida y el crecimiento, y Alberto Giacometti desarrolló sus características figuras alargadas que expresan el aislamiento del individuo contemporáneo. Los principios abstractos y geométricos del neoplasticismo fueron recogidos por Calder, cuyas primeras construcciones abstractas de cobre y el uso de colores puros primarios en sus móviles muestran la herencia de Mondrian. Otros escultores también produjeron obras siguiendo las corrientes abstractas de las vanguardias históricas, como el nipón-estadounidense Isamu Noguchi, el inglés Anthony Caro y los españoles Jorge Oteiza y Eduardo Chillida.

2. Ultimas tendencias en la Escultura Contemporánea; Mientras que cierto número de escultores contemporáneos se han mantenido fieles a la estética de los movimientos de principios de siglo, otros han explorado nuevas direcciones. La definición de escultura se ha extendido hasta incluir un amplio espectro de manifestaciones creativas, materiales y técnicas. Los minimalistas Robert Morris, Sol LeWitt, Donald Judd y Dan Flavin destacan por la sencillez geométrica y la repetición modular a gran escala, y Richard Serra por sus enormes instalaciones con planchas de metal. En el campo de los earthworks (intervenciones en la propia naturaleza) sobresalen las figuras de Robert Smithson, Michael Heizer, Jan Dibbets, Walter de Maria o Denis Oppenheim. Otras corrientes, como el videoarte, los happenings, el arte povera, se cuentan entre las manifestaciones artísticas de las últimas décadas. Volviendo a la escultura, las simpáticas estatuillas de Claes Oldenburg se asocian con el Pop Art, al igual que las figuras en escayola a tamaño natural de Georges Segal. El alemán Joseph Beuys utilizó materiales de los happenings, electrónicos y tecnológicos, y al mismo tiempo otros convencionales como la madera, la grasa y el fieltro. Con ellos elaboró una obra de carácter conceptual dota de una fuerte personalidad. A mediados de la década de 1980, especialmente en la obra de Joël Shapiro y otros, la figura humana comienza a reaparecer en la escultura dentro de la tendencia conocida como posmodernismo.

– Arte Contemporáneo (Latinoamérica); A través de la integración de arquitectura, escultura, pintura y artes decorativas, los actuales pueblos latinoamericanos, desde los tiempos prehispánicos, se preocuparon por crear un arte ambiental que lograse transmitir un efecto monumental. Tras la conquista española, esta tendencia se minimizó, hasta que de nuevo se hizo evidente, sobre todo a partir de 1950. Entre los ejemplos más espectaculares se encuentran las universidades de México y Caracas y la ciudad de Brasilia (la nueva capital de Brasil), un primer símbolo del espíritu entusiasta del arte y arquitectura contemporáneas en Latinoamérica. México emerge como centro del mundo artístico latinoamericano en la primera mitad del siglo XX. Entre sus múltiples manifestaciones artísticas merecen una mención especial los muralistas Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros, en una línea figurativa y didáctica que transmite una afirmación cultural nacionalista y unas reivindicaciones políticas revolucionarias. Con posterioridad a 1945 los artistas se mostraron más interesados por los estilos de la vanguardia internacional que por un mantenimiento de los estilos representativos de la nación, como muestra la obra pionera del uruguayo Joaquín Torres García (Composition symétrique universelle en blanc et noir, 1931, Malba, Colección Costantini). Numerosos artistas se sintieron atraídos por Nueva York o París, como los venezolanos Marisol Escobar y Jesús Rafael Soto, principal exponente del arte cinético. La pintura y la escultura latinoamericanas del siglo XX se han caracterizado por un continuo diálogo entre lo figurativo y lo abstracto, lo nacional y lo internacional. En los últimos tiempos, el arte latinoamericano ha alcanzado una proyección internacional espectacular, como muestran los éxitos comerciales del mexicano Rufino Tamayo, el chileno Roberto Matta Echaurren o el colombiano Fernando Botero (Los viudos, 1968, Malba, Colección Costantini).