Se aplica, en EE.UU., al profesional paramédico que, bajo la supervisión de un anatomopatólogo o de otro médico, de un asistente científico de laboratorio clínico o de otro profesional cualificado, realiza pruebas especializadas químicas, microscópicas y bacteriológicas en sangre, tejidos y líquidos corporales. Puede discriminar entre elementos similares y corregir errores mediante estrategias previamente preparadas, es capaz de reconocer factores que afectan directamente a los procedimientos y a los resultados, y monitoriza la calidad de los procedimientos; tiene una preparación de 2 años académicos.