La introducción de una sonda por parte del paciente. En medicina, es un procedimiento realizado por el paciente para vaciar la vejiga y evitar su distensión exagerada por la orina. Al paciente que no puede vaciar la vejiga por completo, pero que puede retener la orina durante 2 a 4 horas seguidas, se le puede enseñar a autosondarse, siempre que esté dispuesto a aprender y tenga cierta destreza y capacidad para palparse la vejiga. En general, se trata de una técnica limpia, más que estéril, se indica al paciente que se lave el meato urinario y los labios o el glande con agua y jabón, sujete la sonda al unos 5 cm de la punta y lubrique ésta antes de introducirla suavemente en el meato.