El proceso reproductivo, propio de las diatomeas, relacionado siempre con un aumento de las dimensiones de las células. En unos casos es esencialmente asexuado (centrales) y en otros va ligado con la fecundación o unión sexual (parte de las pennales). La auxosporulación devuelve a las diatomeas las dimensiones normales, compensando su gradual disminución a través de las divisiones vegetativas, debida al hecho de que las nuevas tecas se forman siempre en el interior de las heredadas, siendo, por tanto, ligeramente más pequeñas en cada generación. El caso más sencillo de auxosporulación es el de las centrales, donde una célula abandona su teca y crece considerablemente, rodeada por una película péctica que se convierte en perizonio. Finalmente, la auxóspora da sus tecas definitivas, de un diámetro mayor que las primitivas. En las pennales que son móviles (naviculares, epitemiáceas, nitzschiáceas) la auxosporulación comienza con la aproximación de dos células bajo una cubiertas mucosa; cada célula da cuatro núcleos por división reductiva, dos de los cuales degeneran, y los restantes se convierten en los núcleos sexuales de sendos gámetas, que se acoplan con los originados en la otra diatomea. Resultan así dos auxocigotos, que se rodean de un perizonio y crecen hasta alcanzar determinada medida, superior a la de las células madres, y finalmente producen las tecas. En Surirella los núcleos que degeneran son tres en cada célula, de modo que de las dos diatomeas apareadas, resulta un solo auxocigoto. Las otras diatomeas pennales (fragilarioídeas), verosímilmente a causa de su incapacidad de trasladarse, han perdido la sexualidad. En las células que van a dar las auxósporas se realizan todavía todas las divisiones preliminares (Synedra)o queda suprimida la segunda (Rhabdonema); pero los núcleos así formados, no se copulan en unos casos y sí en otros, (Chaetoceros) y a continuación la célula crece, convirtiéndose en auxóspora (R. M.).