Es un tipo de radiación de energía muy baja que se desplaza en ondas largas. Aunque ha habido preocupación por sus efectos en la salud, no produce efectos dañinos para la salud, como en el caso del cáncer. Las fuentes más comunes de los campos electromagnéticos de frecuencia extremadamente baja son los cables eléctricos, las redes eléctricas y los electrodomésticos, como las máquinas de afeitar, secadoras de pelo y mantas eléctricas: también se llama CEM-FEB.