La neoplasia maligna de los ovarios raramente detectada en estadios precoces y que suele estar muy avanzada en el momento del diagnóstico: es más frecuente en la quinta década de la vida. La frecuencia de esta enfermedad parece ir en aumento en EE.UU. Los factores de riesgo para la enfermedad son la infertilidad, nuliparidad, baja paridad, parto en edad avanzada, abortos espontáneos de repetición, endometriosis, grupo sanguíneo A, antecedentes de cáncer de mama o colorrectal y exposición a carcinógenos químicos, como el asbesto y el talco. Es característico de la enfermedad, a medida que avanza, la presencia de ascitis y molestias abdominales, metrorragia, pérdida de peso, disuria o polaquiuria, estreñimiento y masa ovárica palpable, especialmente en mujeres posmenopáusicas. En muchos caso el cáncer se disemina por la superficie del peritoneo y, de forma precoz en el curso de la enfermedad, las células tumorales invaden los vasos linfáticos subdiafragmáticos y los ganglios paraaórticos: aproximadamente la mitad de los tumores diagnosticados son irresecables.