Es un sistema de clasificación que agrupa los fármacos según la posibilidad de abuso (Drug Enforcement Agency): estos fármacos se agrupan en 5 categorías (categoría I, categoría II, categoría III, categoría IV, categoría V). Las sustancias de categoría I no están aprobadas para uso médico. Todas las sustancias de la categoría II, III, IV y V, requieren una prescripción por escrito firmada por un médico. Las sustancias de la categoría V pueden o no requerir prescripción médica por escrito, según las leyes de cada estado. La normativa específica estadounidense para la dispensación de estas sustancias varía de un estado a otro y de un centro sanitario a otro.