Así se llama toda concreción de carbonato cálcico que se forma sobre determinadas excrecencias de la membrana en el interior de las células. Se hallan principalmente en las células epidérmicas de las urticáceas y moráceas, así como en las acantáceas, combretáceas, y en el género Klugia, de las gesneráceas. En las urticáceas y moráceas suelen tener forma globulosa u ovoide y aspecto arracimado; en las acantáceas son más alargados y fusiforme. Por lo regular, están unidos a la membrana externa de la célula epidérmica por medio de un pedículo filiforme. La parte arracimada o moriforme acaba por llenar la célula casi por completo. La forma del cistolito es constante para cada especie qeu los tiene, y se puede emplear como carácter diagnóstico. Fueron descubiertos por Meyen el la Ficus elastica en 1827: el término se debe a Weddell (Ann. sc. nat., sér. 4, II, t. 18, 1854). Ver litocisto.