Es una enfermedad inflamatoria crónica episódica del intestino grueso y del recto, caracterizada por diarrea acuosa profusa que contiene cantidades variables de sangre, moco y pus. Los ataques de diarrea se acompañan de tenesmo, dolor abdominal intenso, fiebre, escalofríos, anemia y pérdida de peso. Los niños que la padecen pueden sufrir retraso del crecimiento. Los síntomas debilitantes a menudo impiden que las personas con colitis ulcerosa desarrollen las actividades normales de la vida diaria. Algunas de las numerosas complicaciones sistémicas de la colitis ulcerosa son artritis periférica, espondilitis anquilosante, nefropatía o hepatopatía e inflamación de ojos, piel y boca. Los individuos con enfermedad grave pueden desarrollar un megacolon tóxico, complicación peligrosa que puede llevar a perforación del intestino, septicemia y muerte. La colitis ulcerosa conlleva un riesgo elevado de desarrollar cáncer de colon. El diagnóstico depende de los signos clínicos, de las imágenes en los tránsitos baritados de colon y la colonoscopia con biopsia. El tratamiento médico con corticosteroides y otros antiinflamatorios puede controlar los síntomas en algunos casos, pero los que tienen formas graves o complicaciones con riesgo vital pueden necesitar cirugías.