Es un proceso que puede ser mortal y que se produce en los pacientes diabéticos, cuando reciben la insulina prescrita o, lo que es más frecuente, por infección, cirugía, traumatismo u otro tipo de estrés que aumentan las necesidades de insulina del organismo. Sin insulina que metabolice la glucosa, se queman grasas para obtener energía, de lo que resulta cetosis y acidosis. Los signos de alerta de coma diabéticos son: cefalea difusa, fatiga, sed muy intensa, dolor epigástrico, nauseas, vómitos, labios secos, cara encendida y ojos hundidos. La temperatura suele elevarse para bajar después; desciende la presión sanguínea sistólica y puede producirse un colapso circulatorio.