La porción de oxígeno que se consume después del ejercicio para eliminar el exceso de ácido láctico de la sangre. Una pequeña cantidad del exceso de ácido láctico se excreta en la orina y el sudor; otra poca contribuye a la fabricación de proteínas; alguna se convierte en glucosa o glucógeno en el hígado y el músculo; pero la mayor parte del ácido láctico producido durante el ejercicio se reconvierte en ácido pirúvico y se emplea en el metabolismo aeróbico para formar dióxido de carbono y agua. Aproximadamente de 5 a 10 litros de oxígeno constituyen el consumo de oxígeno necesario para eliminar el ácido láctico; suele ser una cantidad superior en el deportista muy entrenado, sobre todo el velocista.