La crisis epiléptica que se caracteriza por una pérdida brusca y momentánea de la consciencia, en ocasiones asociada a movimientos clónicos leves de la musculatura del cuello o las extremidades superiores, parpadeos frecuentes, contracciones simétricas ligeras de la cara o pérdida del tono muscular. Por lo habitual las crisis se producen varias veces al día, sin aura de advertencia, y son más frecuentes en niños y adolescentes, especialmente en la época de la pubertad. El paciente que experimenta una crisis típica tiene una expresión facial distraída, sin ningún tipo de actividad motora voluntaria; al recuperar rápidamente la consciencia, el paciente es capaz de reanudar la conversación en el punto en el que la interrumpió, sin darse cuenta de lo sucedido. Durante y entre las crisis el EEG del paciente muestra descargas en forma de onda y espiga de 3 Hz.