El orgánulo de pigmento que se observa en las células de la piel de muchos vertebrados, por ejemplo el camaleón, y el integumento de los crustáceos. La concentración o dispersión de los gránulos de pigmento en el citoplasma de la célula determina el color del animal: ver cromoplasto.
En botánica, etimológicamente, el sustentáculo de color o pigmento: sinónimo de plastidio. El término cromatóforo fue introducido en nomenclatura por Schmitz, en 1882, y es de uso más general que plastidio. Meyer, fundándose en que los zoólogos han dado al término cromatóforo un significado enteramente distinto, propuso desechar este vocablo para substituirlo por trofoplasto (Schmitz, Die Chromatophoren der Algen, 1883; Meyer, Ueber Chlorophyllkörner Stärkebildner und FarbKörper, Bot. Centralblat, 1882). Los cromatóforos, como consecuencia de la intensidad de la dirección de la luz, experimentan cambios diversos en el interior de la célula. Si en ésta solo existe un solo cromatóforo, como ocurre en el género Mougeotia, grande y de forma rectangular, éste gira sobre su línea media, y puede colocarse perpendicular a la dirección de los rayos luminosos o recibir la luz de soslayo, según la intensidad de ésta. Si la célula contiene cromatóforos abundantes, éstos se distribuyen de manera muy variada en la célula y dan lugar a una serie de estados para los cuales se ha creado o adaptado una rica lexicología; antístrofe, apóstrofe, diástrofe, epístrofe, escaróstrofe, parástrofe, perístrofe, sístrofe. La mayoría de estas voces se debe a Senn, Die Gestaltsund Lageverändrung der Pflanzen-Chromatophoren, Leipzig, (1908).