Nombre que se aplica a cualquier miembro de una subfamilia formada por más de 140 especies de serpientes venenosas. Se distinguen por la presencia de profundas hendiduras a ambos lados de la cabeza entre el ojo y el orificio nasal. Igual que las verdaderas víboras, los crótalos tienen un par de colmillos alargados que se repliegan contra el paladar. Las investigaciones realizadas indican que las hendiduras son detectores muy sensibles del calor irradiado, lo que permite a la serpiente localizar presas de sangre caliente en la oscuridad. Entre los crótalos se encuentran la serpiente de cascabel, el mocasín (reptil), la cabeza de cobre, la labaria o nauyaca real y el surucucú. La mayor parte de los crótalos viven en el hemisferio occidental y sólo unos cuantos son nativos de Asia. El surucucú es el único crótalo americano que pone huevos; la mayoría de las demás especies alumbran crías vivas. Clasificación científica: Los crótalos componen la subfamilia Crotalinos, perteneciente a la familia Crotálidos (algunos autores la incluyen en la familia Vipéridos).