Es una atención especial que se presta para evitar alteraciones circulatorias e infecciones que se producen frecuentemente en las extremidades inferiores de los pacientes diabéticos. Se examinan diariamente los pies y las piernas en busca de signos de sequedad, escamas, enrojecimiento y picor, o grietas en la piel, ampollas, cuernos cutáneos, callos, abrasiones, infección, cianosis y tumefacción alrededor de las varicosidades, y uñas engrosadas y descoloridas. Se bañan los pies a diario en agua tibia, con un jabón suave o supergraso, y se los seca después suavemente, pero a conciencia, con una toalla suave. Después se aplica una loción a base de lanolina.