La cultura propia de los celtíberos, un grupo de pueblos prerromanos que habitaron en la península Ibérica en torno al sistema Ibérico. Hunde sus raíces en el sustrato indígena del bronce final (última fase de la edad del bronce) y del primer hierro (inicios de la edad del hierro), momento este último en el que, como evidencian sus necrópolis, habrían iniciado su andadura, en torno al siglo VI a.C.; su final se sitúa, convencionalmente, en el 133 a.C., fecha de la caída de Numancia ante los romanos.
Sus hábitats ocupan, por lo general, lugares estratégicos y de fácil defensa, contribuyendo a ésta, además, obras artificiales tales como murallas, torreones y fosos. Las viviendas, de piedra, son rectangulares, tienen varias estancias y se ordenan en manzanas en torno a calles. Las diferentes categorías y dimensiones de los asentamientos son reflejo de una ordenación jerárquica del poblamiento.
Sus necrópolis, próximas al hábitat, mantienen la tradición incineradora de los ‘campos de urnas’, depositándose directamente los restos de la cremaciones, en compañía de un ajuar, en hoyos o en urnas; las tumbas se protegen, en ocasiones, con túmulos, señalándose, más raramente, mediante estelas que, excepcionalmente, se ordenan en calles. Los ajuares incluyen cerámicas a mano y a torno, así como objetos metálicos de bronce y hierro, tales como armas (espadas y puñales de antenas, soliferrea) y adornos (broches de cinturón y fíbulas de tipología diversa), cuya cantidad y calidad ponen de manifiesto una estratificación social en la que destacan, por su alto estatus, los guerreros.
Los celtíberos, que hablaban una lengua celta, adoptaron tardíamente la escritura, sirviéndose para ello del alfabeto ibero. Desde el siglo II a.C., asimismo, acuñaron moneda, incorporando también los tipos de los iberos. Por extensión, el término ‘cultura celtibérica’ se aplica a los restantes pueblos prerromanos del valle del Duero (vacceos, vettones, y otros), en particular tras la adopción por parte de los mismos, ya en la segunda edad del hierro, del torno del alfarero, las cerámicas oxidantes pintadas y el molino circular.