Naturalista británico. Asistió a la escuela de Shrewsbury donde le impartían clases de estudios clásicos. Con 16 años fue a la Escuela Médica de Edimburgo pero dejó sus estudios de medicina para investigar acerca de los invertebrados marinos. En 1828 fue a la universidad de Cambridge donde estudió la Biblia con el fin de convertirse en pastor. En esta universidad obtuvo el título de licenciado en letras (concretamente teología) en 1831. Darwin seguía teniendo interés por las rocas, fósiles, animales y plantas, así tras leer un libro del explorador Alejandro Van Humboldt decidió emprender una expedición a las Islas Canarias. Más tarde, el 27 de diciembre de 1831, viajó con la Armada Real Inglesa en el barco “Beagle” para hacer una investigación científica, ostentando el puesto de naturalista. La expedición duró cinco años y visitó Brasil, Uruguay, Argentina, Chile, Perú, las islas Galápagos, Tahití, Nueva Zelanda, Australia y otros países e islas de paso. Esta nueva experiencia fue para Darwin el inicio para concebir una nueva teoría sobre el origen y la evolución de las distintas formas de vida de la Tierra. Durante los años 1840 y 1850, Darwin siguió con sus investigaciones y sus escritos, cada vez se convencía más de que las especies cambiaban y concibió la idea de la selección natural. Darwin estaba casi seguro de que las especies evolucionaban de forma natural y no como la Biblia decía y de que las especies no son inmutables, pero no pudo publicar su teoría hasta el 24 de noviembre de 1859 porque sabía que iba a provocar un gran alboroto, y así fue, le llegaron a llamar ¡el hombre más peligroso de Inglaterra!, muchos amigos le dieron la espalda, hasta a la familia le molestó su idea. Aunque por otra parte había personas que reconocieron la sabiduría de las ideas de Darwin y le apoyaron en su teoría. La mayoría de los científicos comprendieron que Darwin tenía razón. Después de publicar “El Origen de las Especies” Darwin no se retiró, siguió con sus estudios e investigaciones y en 1871 publicó “La Descendencia del Hombre y la Selección en Relación al Sexo”, llegando a la conclusión de que los humanos hemos evolucionado como todos los demás animales y de que todos los seres vivos descienden del filamento de la vida.