Decaer de las cualidades de su especie; pasar de una condición o estado a otro contrario y peor. En botánica, lo mismo degenera una estirpe noble, seleccionada por el hombre, cuando se vuelve cimarrona, que una forma silvestre si, sometida a cultivo, y por ende alteradas las condiciones mesológicas naturales en que vive, experimenta mudanzas más o menos profundas. Esta manera de de degenerar no suele pasar de cuanto afecta a los caracteres morfológicos generales y externos del vegetal, y de ciertas modificaciones que puede experimentar su estructura, pero siempre dentro de la normalidad funcional. Existe otra manera de degenerar en virtud de la cual determinados elementos de las células sufren cambios anormales o se producen en aquellas substancias distintas de las habituales. En el primer caso, la degeneración podrá afectar al protoplasma, al núcleo, a los cromatóforos, etc.; en el segundo caso están los diversos fenómenos de degeneración gomosa, mucilaginosa, grasa, etc., de la membrana o del contenido celular.