Se aplica a la dehiscencia que se produce en el fruto cuando sus disepimentos se hienden por un plano paralelo a los mismo, que los divide en dos; como tales disepimentos proceden a la soldadura de las paredes de dos carpelos contiguos, esta manera de abrirse no hace sino disolver lo que antes quedó unido, y si no interviene ninguna otra forma de dehiscencia, dichos carpelos se separarían conservando toda su integridad. No suele ocurrir así, antes, al contrario, la dehiscencia septicida acostumbra a presentarse combinada con alguna otra manera de abrirse el fruto, y tenemos las dehiscencias biscidas (F. Q.).