La dieta baja en proteínas, baja en grasas y alta en carbohidratos, con ingesta controlada de potasio y sodio, se utiliza en la insuficiencia renal crónica y en la insuficiencia hepática. Las proteínas sólo se administran en forma de aminoácidos esenciales, de forma que el organismo utilice el exceso de BUN para sintetizar los aminoácidos no esenciales para la producción de proteínas tisulares.