Se aplica a cualquiera de los varios hidrocarburos aromáticos heterocíclicos policinogénicos, mutagénicos y policlorados teratogénicos que pueden ocurrir como impurezas en los herbicidas derivados del petróleo y como subproductos de productos químicos de fabricación y combustibles quemados y desechos.
En química, es una sustancia química orgánica tóxica; se aplica a cada uno de los compuestos orgánicos conocidos químicamente como dibenzo-p-dioxinas, formados por dos anillos de benceno unidos por un par de átomos de oxígeno. Son poco solubles en agua y muy estables, ya que pueden permanecer en el aire, el agua y el suelo durante varios años sin ser degradados. Generados en distintos procesos industriales, son compuestos altamente tóxicos y contaminantes. Las principales fuentes de emisión de dioxinas son los procesos de incineración, los de fabricación de PVC y algunas industrias del metal y del papel. El 2,3,7,8-tetraclorodibenzo-p-dioxina (2,3,7,8-TCDD), o simplemente dioxina, es el más tóxico de todos ellos. Puede originar enfermedades en la piel y anomalías genéticas, así como varios tipos de cáncer. En 1976 se produjo un accidente industrial en Seveso (Italia), liberándose a la atmósfera una cantidad importante de este compuesto, lo que llevó a la evacuación de unas 700 personas y ocasionó la muerte de un gran número de animales.
En medicina, contaminante del herbicida ácido 2,4,5-triclorofenoxiacético (2,4,5-T), ampliamente utilizado en todo el mundo para el control de malas hierbas. La exposición a la dioxina se asocia a cloracné y porfiria cutánea tarda (PCT); la dioxina forma parte del agente naranja, compuesto empleado como defoliante de bosque y selvas.