Es la primera de las dos divisiones de la meyosis (meiosis), en la cual los bivalentes, constituidos durante el estado zigóteno, se separan y se dirigen a los polos opuestos (durante una anafase que toma su mismo nombre; anafase heterotípica), cromosomas enteros en los cuales ya está preestablecida la segunda división de ecuación u división homeotípica (Flemming 1887). La división heterotípica es la que establece la reducción cromosómica en los núcleos hijos.
En la célula madre del grano de polen, a la división nuclear puede suceder la partición celular (gramíneas) o bien puede faltar esta última, y entonces se forma una célula con dos núcleos, cada uno de los cuales evoluciona después rápidamente hacia la división homeotípica, una vez transcurrida una intérfase de mayor o menor duración. La división heterotípica comprende la fase de la mitosis denominada profase, metafase, anafase y telofase (y aun a veces se añade la prometáfase, fase de muy breve duración). La profase se divide en cinco estados calificados de leptóteno (de cromosomas largos y finos en número diploide), zigóteno (con cromosomas acoplados; fase de muy corta duración), paquíteno (en que los cromosomas homólogos de cada pareja se acortan, engruesan y se arrollan uno en otro), diplóteno (con los cromosomas ya claramente divididos en dos cromatidios cada uno, consumándose así la división que se inició al final del estado anterior) y diacinético (llamado también diacinesis, en que la contracción de los bivalentes, con sus cuatro cromatidios, alcanza el máximo, y las parejas se distribuyen con tendencia a situarse en la periferia del núcleo, antes de que la membrana nuclear se desintegre); hay quien distingue todavía otros dos estados: el proleptóteno, anterior a todos, y el anfíteno, que precede al paquíteno, pero, por lo general, es superfluo.