La dosis mínima de un fármaco necesaria para producir una respuesta mensurable. La administración de fármacos a dosis o intervalos que no mantienen la concentración aproximadamente a un nivel umbral echa a perder la medicación y, en casos tales como el tratamiento antibiótico o la quimioterapia frente al cáncer, puede tener consecuencias adicionales adversas debido al crecimiento selectivo de células cancerosas o de microorganismos que son más resistentes a la medicación.
También se aplica a la medida de la dosis de radiación definida en términos de condiciones necesarias para producir un eritema visible en un determinado porcentaje de personas expuestas.