Se aplica a cualquier técnica de drenaje de líquidos potencialmente nocivos como sangre, pus, líquido serosanguinolento y secreciones tisulares de heridas quirúrgicas, estas secreciones interfieren con una curación rápida de la herida y son a menudo la causa de infección. El drenaje de una herida cerrada se puede realizar con una variedad de dispositivos seguros que consiguen crear una ligera presión negativa para el drenaje de los exudados producidos en la herida, se utiliza cuando el exudado de la herida sea mayor de 100 ml en 24 horas. Los dispositivos de drenaje de una herida cerrada generalmente suelen ser recipientes transparentes desechables unidos a tubos de drenaje y a bombas de aspiración portátiles.