En botánica, término creado por Clements para expresar la parte de la holardía que el suelo retiene, sin que las plantas puedan aprovecharla. Dentro de la holardía, la ecardía depende, como posibilidad de la naturaleza del suelo, y además, como efectividad, de la naturaleza y estado de la vegetación. Cuando el contenido de agua de un suelo se reduce a la ecardía absoluta, o coeficiente de ecardía, es un carácter de cada suelo. Alway creyó que este coeficiente podía considerarse igual al coeficiente higroscópico; pero los trabajos experimentales de Briggs y Shantz llegaron a la conclusión de que esa siempre mayor, pudiendo, en general, deducirse del coeficiente higroscópico multiplicándolo por 1,47.