En zoología, es el método que utilizan algunos animales, como los murciélagos, los delfines y algunos pájaros, para detectar sonidos en la oscuridad. El propio animal emite sonido de alta longitud de onda que tras rebotar en los objetos de su entorno vuelven al animal, que los percibe a través de su oído u otros receptores sensoriales, en virtud de la dirección y la intensidad del eco devuelto, el animal es capaz de reconocer la localización de las cosas, a menudo con gran exactitud.