Cambio que experimenta el cuerpo cuando una persona reduce o interrumpe el entrenamiento físico. Si una persona deja de hacer ejercicio por completo, la mayoría de los efectos del entrenamiento se pierden en unas ocho semanas; la perdida de velocidad y agilidad son relativamente lentas, aunque la flexibilidad se pierde con rapidez. Si se continúa haciendo ejercicio a un nivel moderado, se mantiene muchos efectos beneficioso. El nivel de resistencia física, por ejemplo, se mantiene varios meses si se cumple un programa de ejercicio ligero uno o dos días a la semana. Además, en el desentrenamiento influye el modo en que se adquirieron los beneficios del entrenamiento. Quien haya entrenado con un aumento gradual de la intensidad a lo largo de muchos años, tiende a perder el efecto del entrenamiento con mucha más lentitud que el que haya entrenado con intensidad durante períodos cortos de tiempo.