Es una forma sistémica de aterosclerosis que produce síntomas en los sistemas vasculares cardíaco, cerebral y renal. El flujo sanguíneo está restringido por una acumulación intraarterial de depósitos blandos de lípidos y fibrina que se endurecen con el tiempo, especialmente en las curvas o bifurcaciones de las paredes arteriales. Los pacientes no suelen darse cuenta de los cambios hasta que el diámetro de la luz arterial se ha reducido a la mitad. Los signos tempranos son dos tipos reproducibles de dolor, la claudicación intermitente y el dolor isquémico en reposo.