Se aplica a las enfermedades o agentes los cuales pueden ser empleados en bioterrorismo, se diseminan y transmiten con facilidad de persona a persona, causando altas tasas de mortalidad, y que tienen un potencial de generación de efectos importantes en lo que respecta a la salud pública, induciendo pánico en la población y desintegración social; requieren unas actuaciones especiales en lo que respecta a la preparación en el ámbito de la sanidad pública.