El estudio que se realiza para probar si un tratamiento nuevo funciona contra determinado tipo de cáncer u otra enfermedad (por ejemplo, si reduce el tamaño de un tumor o mejora los resultados de los análisis de sangre). También es posible que en los ensayos clínicos de fase II se obtenga más información sobre la seguridad de un tratamiento nuevo y la manera en que afecta el cuerpo.