La forma de neumonía eosinofílica, se caracteriza por broncoespasmo alergénico, con expectoración de cilindros bronquiales que contienen eosinófilos y micelios, así como tos y fiebre. Causada por la hipersensibilidad frente a Aspergillus fumigatus o frente a Candida albicans. Sin ser tratada, la enfermedad pude evolucionar con derrame pleural, pericarditis, ascitis, encefalitis, hepatomegalia e insuficiencia respiratoria.