Flora Vascular de Andalucía Occidental: Hojas opuestas. Flores en racimos. Tubo del hipantio ausente. Androceo con 8 estambres en 2 verticilos. Estigma clavado o tetralobado. Cápsula abriéndose en 4 valvas. Semillas numerosas, terminadas en un penacho de pelos.

 

Flora Iberica: [Epilóbium, -i n. – gr. epí = encima, encima de, sobre, etc.; gr. lobós, -oû m. = lóbulo de la oreja, del hígado, etc. // bot. lobo, gajo poco profundo y generalmente redondeado; y gr. íon, -ou n. = la violeta (Viola sp. pl., principalmente la V. odorata L., violáceas). Linneo tomó su nombre genérico, Epilobium, de Dillenio, quien dice: significat enim (quasi íon epì lóbou) violam aut florem speciosum super siliquam nascentem –por los pétalos vistosos (± violetas) que se insertan en lo alto del hipanto] Hierbas perennes –más raramente anuales–, terrestres, de lugares ± húmedos, con órganos invernantes que pueden ser aéreos y con hojas desarrolladas –en cuyo caso se denominan rosetas o estolones, según que los entrenudos sean muy cortos o ± largos, respectivamente– o subterráneos y con hojas escamosas no verdes –en cuyo caso los denominamos turiones o sóboles, según que los entrenudos sean muy cortos o ± largos, respectivamente–; glabrescentes, pubérulas (pelos no glandulíferos ± arqueados o adpresos y pelos glandulíferos) o hírtulas. Hojas opuestas o alternas –raramente verticiladas–, sésiles o pecioladas, con el margen de entero a serrulado; sin estípulas. Inflorescencia en racimo bracteado. Flores axilares, actinomorfas o, menos a menudo, ligeramente zigomorfas, tetrámeras; tubo del hipanto (o tubo del cáliz) 0-5 mm. Sépalos 4, no persistentes. Pétalos 4, de subenteros a bilobados –por lo general escotados–, rosados o purpúreo-violáceos, más raramente blanquecinos. Estambres 8, en dos verticilos –los epipétalos, más cortos– o subiguales y en un solo verticilo. Ovario tetralocular, con abundantes primordios seminales; estigma cuadrífido o indiviso –claviforme o capitado–. Frutos en cápsula linear, ± tetrágona, con dehiscencia loculicida. Semillas numerosas, obovoides o elipsoides, con testa ± lisa o papilosa, provistas de un penacho de pelos en el ápice. Observaciones.–Las dimensiones foliares se refieren a las hojas de la parte media del tallo en sentido amplio; es decir, se excluyen las brácteas –que axilan flores, no las hojas que axilan vástagos floríferos– y también aquellas de las basales que formaban parte de los órganos invernantes (rosetas, turiones, etc.). Asimismo, se excluyen en la mayoría de los casos –pero véase E. tetragonum subsp. tournefortii, E. hirsutum y E. brachycarpum– las dimensiones de las hojas que forman parte de los vástagos axilares superiores, pues su tamaño suele ser claramente menor. En las medidas del cáliz se incluyen las del tubo del hipanto –también llamado tubo del cáliz (véanse láms. 25 e, 26 g)–, pues externamente los límites no siempre son claros. Por el contrario, los pétalos se miden a partir del límite superior del tubo del hipanto, que es donde en realidad se insertan. Conviene anotar en el campo si el estigma es indiviso o cuadrífido, ya que este carácter no es fácil de observar en el material seco. La ornamentación de la testa seminal es importante –cf. Seavey & al. in Ann. Missouri Bot. Gard. 64: 18-47 (1977)–, pero ha de observarse con luna binocular de más de 20 aumentos, lo mismo que el indumento, en especial el glandulífero. Epilobium angustifolium –de la sect. Chamaenerion– es predominantemente alógamo y en él se ha detectado incompatibilidad. En el resto de las especies –de la sección Epilobium– hay una tendencia general a la autogamia. Sin embargo, los híbridos son frecuentes allí donde conviven dos o más especies; esto último es relativamente frecuente, ya que la dependencia de la humedad que muestran todas las especies las hace confluir en los mismos hábitats. Los híbridos suelen presentar estados intermedios para algunos caracteres diagnósticos, un hábito más ramificado de lo normal en los progenitores y un porcentaje elevado de semillas mal formadas.